El nombre de esta playa se debe a que, de acuerdo a historiadores, en la época prehispánica habitaron en este lugar las mujeres capullanas, quienes fueron jefas tribales de la costa norte del Perú, dotadas de un gran poder y que gozaron de un enorme respeto entre la población.
En esta playa podemos encontrar diversas formas rocosas que se han pulido por la misma naturaleza; curiosas formas como una huella gigante de zapato y el característico arco que simula un rinoceronte beldando agua. Posee dos cuevas que fueron habitadas hace más de 1000 años; por tal, fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación.